miércoles, 9 de junio de 2010

Consecuencias de la globalización

Bajo la palabra "globalización" se esconden contenidos y ambigüedades que afectan profundamente nuestra manera de interpretar la vida y el mundo. Toca todos los ámbitos de la sociedad, desde lo económico hasta lo político, desde lo religioso hasta lo educativo.

"Fuera del mercado no hay solución". Esto parece ser el primer "dogma" de la globalización. El primer efecto de la apertura del mercado es la invasión del mundo imaginario. Aunque ya estaba presente, ahora puede penetrar en las ciudades latinoamericanas, reproduciendo la sociedad espectáculo, la sociedad imaginaria: grandes super-almacenes, música, festivales, juegos.
En este mundo globalizado ya no se habla más de "marginados"; han aparecido en escena una nueva categoría: los excluidos sin rostro, sin voz, sin nombre, sin historia...

Los excluidos forman el nuevo continente de los "náufragos" de la globalización. Aunque no se diga, el continente africano parece contarse entre los excluidos y algunos observadores opinan que el continente latinoamericano se acerca a la calidad de "desaparecido" de este mercado de la "salvación". Dentro de unos pocos años, América Latina podría encontrarse con la mitad de su población por debajo del umbral de la pobreza.

Todo esto es consecuencia del hecho de que no hay un justo equilibrio entre los que lo poseen todo y los que poco o nada tienen. Con motivo del "Día internacional para la erradicación de la pobreza", 1997, la ONU dio a conocer las siguientes estadísticas sobre el tema de la pobreza:
De los 5.780 millones de personas que habitan el planeta; cerca de 1.300 millones viven en la pobreza o indigencia, con un nivel de ingreso inferior a un dólar diario.

El 20 por ciento de la población mundial que se encuentra en la escala inferior de ingresos solamente recibe el 1,5 por ciento de los ingresos mundiales.

La pobreza extrema se concentra principalmente en África (en países situados al sur del Sahara) y en Asia (meridional y oriental)

Según la FAO, más del 75 por ciento de la población de los países más pobres del mundo viven en zonas rurales.

En América Latina y el Caribe, el 61por ciento de la población rural vive en la pobreza.
Se entiende, entonces, que la globalización encierra el neo-capitalismo, el neo-liberalismo, la occidentalización. El fenómeno comprende no sólo el manejo de mercados, de precios, de la materia prima, el inmiscuirse en los asuntos internos de las naciones, sino también la concentración en pocas manos de los medios de comunicación y, por ende, la manipulación del pensamiento y hasta de los criterios de la gente.

Los análisis de la realidad de Medellín, Puebla y Santo Domingo, aún se mantienen, y la lista de los rostros señalados por el documento de Puebla, No. 31, parece alargarse más. Es el mundo-mercado, tendiente al pensamiento único, del corporativismo de las transnacionales, de la flexibilización (o sea, frecuentemente, la negación) de los derechos laborales, de la ayuda digitada y condicionada del F.M.I. y del Banco Mundial, de la política de las siete grandes potencias, que ostentan el poder financiero.

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